Torres que vigilan la Historia

Torre de Llombai

El dominio del territorio ha sido un elemento clave en la Historia y con dicho fin se han edificado relevantes monumentos arquitectónicos que nos trasladan a la actualidad las riquezas de las poblaciones que hace siglos dominaron el territorio valenciano. Es el caso de las torres de vigilancia árabes, algunas convertidas hoy en emblemas del poderío político en diferentes enclaves. Por situar algunos ejemplos, Albal, Paterna, Llombai o Antella. Todas estas torres servían para dominar el entorno y controlar las vías de comunicación. En ocasiones, además, entrelazadas para fortalecer el poder. Las torres presentaban varias alturas y una terraza con zona de vigía. Alrededor de ellas se distribuían varias estancias para la protección de las personas o animales. Prácticamente todas las alquerías musulmanas (recordar que el dominio se prolongó durante siglos en la Edad Media) disponían de mecanismos de defensa en forma de castillo, recinto amurallado, torre defensiva o zonas de control del granero o almacén de víveres. 

Como ya comentamos en la publicación anterior, la Torre de Paterna se enclava en una zona de gran especificidad en la localidad, con el barrio de casas-cueva. Datada del siglo XI-XII, remodelada en los siglos XIII y XIV y restaurada entre 1969 y 1970, la Torre Mudéjar de Paterna formó parte del sistema defensivo de la ciudad de Valencia, con decenas de torres vigía similares. Esta, en concreto, cuenta con tres plantas que acaban completándose con una terraza. En la planta baja, sin acceso a los pisos superiores, se encontraba un depósito de agua que se llenaba con la lluvia recogida en un aljibe situado en la terraza. El primer piso está cubierto con una bóveda octogonal y se encuentra la entrada y la escalera por la cual se accede a la altura superior, con la terraza de casi cuatro metros de diámetro y donde se encuentran tres pequeñas bóvedas de aristas con ladrillos. La torre se declaró en 1971 monumento histórico-artístico junto con las casas-cueva adjuntas. En la década de 1980 se alojó en la torre el Museo de Cerámica de Paterna, que actualmente está ubicado en el antiguo Ayuntamiento de Paterna. Aun así, la tercera planta muestra una pequeña muestra de la cerámica local. 

Torre de Paterna

La historia medieval sigue congelada en Antella, al menos en su torre árabe. La magnánima construcción arquitectónica es, para los especialistas, una de las mejor conservadas del territorio valenciano. La razón es que la han mantenido con vida, es decir, las familias que han vivido en la casa palaciega que se sitúa debajo han sentido la necesidad de mantenerla en buen estado de conservación, realizando trabajos de consolidación y reparación. La construcción se creó entre finales del siglo XII y principios del XIII, aunque con posterioridad recibió diferentes ampliaciones que llegaron incluso a la época cristiana, cuando se realizó la coronación de la torre. Fue una época de importante progreso cultural, tecnológico, artesanal o agrícola en la que se fundaron un gran número de alquerías o «qûra». En época almohade llegaría a los 20 metros de altura. Se edificó allí por ser una buena zona para la agricultura por la presencia abundante de agua por el río Xúquer, como se constató con posterioridad con la canalización de la Acequia Real que creó Jaume I. 

Torre de Antella

En Llombai la torre, conocida como Aledua, está de plena actualidad. El Ayuntamiento que dirige José Forés ha llegado a un acuerdo con los propietarios y ha comprado la Torre Aledua. La construcción está datada en el siglo XII y en la actualidad se encuentra en estado de conservación defectuoso, por lo que se quiere acometer una reforma estructural del patrimonio arquitectónico y asegurar así su futuro. El castillo de Aledua es una fortaleza árabe construida probablemente a finales del siglo XII y situada sobre una colina a la izquierda del río Magre y a unos cuatro kilómetros al este del núcleo urbano, en el despoblado de Aledua. De planta rectangular, cuenta con una torre situada en el centro, de tres alturas y sótano, construida en tapial sobre basamento de mampostería. Es muy similar a los demás castillos árabes de esta parte de València, casos de los que se pueden observar en la Torre Muza en Benifaió, la Torre Espioca, la de Almussafes y otras. Unos granados silvestres abandonados alrededor del castillo dan fe de la construcción de esta atalaya-fortaleza por los árabes, ya que fueron ellos, precisamente, los que introdujeron el cultivo de granados en la península ibérica. 

Torre de Albal

Por su parte, la torre de Albal es conocida en el municipio como la ‘Torre dels Moros’ y supone la edificación más antigua registrada en los archivos municipales, construida a mediados del siglo XI. Con un papel defensivo, es el único vestigio de la fortificación defensiva de la primitiva alquería islámica.​  Es de planta rectangular de 6 x 5 metros de lado, su volumen es de forma piramidal, está rematada por almenas, plantas con bóveda de cañón y alberga el Museo Etnológico Municipal. A su planta baja, un poco elevada, se accede por una pequeña escalera. Sobre esta planta se elevan otras dos alturas. En sus proximidades existen vestigios de amurallamientos cercanos. La edificación ha visto evolucionar su entorno, de uno anexo alejado a la población de Albal, a estar rodeado de viviendas y construcciones. Así pues, fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de ‘Monumento’ en el año 2002. Aun así, desde el Ayuntamiento de Albal se ha hecho un buen trabajo de conservación de esta torre árabe, eliminando una de las construcciones adosadas y limpiando sus paramentos, utilizando materiales y técnicas respetuosas con el edificio original. 

Torre de Sot de Chera

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *